A la hora de
decorar el árbol de Navidad, el tradicional abeto con el que adornamos el interior o el exterior de los hogares en estas fechas, hay diferentes opciones, unas muy elegantes con figuras sofisticadas y refinadas en colores homógeneos para lograr un conjunto simétrico y equilibrado, pero esa tendencia suele ser más del gusto de los adultos, a los niños les gusta una decoración más informal.
Por eso si tenemos niños en casa, debemos pensar que ellos son los auténticos protagonistas de las fiestas navideñas, los que las viven con más ilusión y los que las disfrutan con mayor intensidad y como tal podemos hacerles partícipes de la decoración de la casa a propósito de esa época y dejar en sus manos la colocación, por ejemplo, de los adornos del árbol aunque sea bajo nuestra supervisión y ayuda.
A los pequeños les encantan las bolas de colores alegres, lo suyo suelen ser los árboles multicolor, alegres y divertidos, normalmente el monocromatismo es una característica más bien de los mayores, pero a los niños les encantará ver reflejado en su árbol una amplia muestra de todos los colores metalizados posibles.
Guirnaldas, pequeñas luces de diversas formas, lazos, piñas, paquetes de regalo, tambores, campanillas o estrellas son otros de los motivos que desde siempre se han utilizado para decorar el árbol que suele ser el protagonista del salón durante la Navidad, podemos combinar adornos de todo tipo y dejar que sean los pequeños de la casa los que los coloquen en el lugar del árbol de su preferencia.
Tal vez el resultado no sea perfecto desde el punto de vista estético, pero desde luego será ideal en lo sentimental, sobre todo cuando veamos la cara de ilusión de los pequeños mientras lo estén decorando y una vez terminado admirando su obra y al fin y al cabo de lo que se trata es de ser durante la Navidad lo más felices que sea posible.